COMUNICADO DE LA DIRECTORA

El inolvidable firmamento chileno y su relación con los entrañables personajes que filmamos son el corazón de Cielo. Aquellos habitantes del desierto y los científicos que viven y trabajan en el Desierto de Atacama –sus relatos y reflexiones, su humor y humanidad, y la inconmensurable belleza del cielo– fueron y seguirán siendo una fuente de inspiración constante para mí. Somos tan pocos los que a diario miramos hacia arriba y prestamos atención a las estrellas y planetas… ¿Cómo sería vivir en un paisaje tan fantástico junto a estas extraordinarias personas, cuyas miradas están completamente volcadas hacia arriba?

Cielo es también una exploración de las posibilidades de un relato. El despliegue de nuestra narrativa se da más de manera asociativa que lógica. Se revela por ejemplo, mediante yuxtaposiciones de imágenes y sonidos, la intimidad de un episodio humano en contraste con la escala épica del cielo nocturno. Cielo es una invitación a desacelerar, reflexionar y redescubrir nuestro planeta, que brinda al público un espacio lleno de evocaciones para pensar libremente –o incluso para vivir un momento de trascendencia, lo que el fotógrafo Robert Frank llama “la poesía tras la superficie de las cosas”.